El equipamiento de un vehículo eléctrico genera algunas adaptaciones en su casa. ¿Cuáles son los diferentes sistemas de conexión propuestos? ¿Qué trabajo se necesita y cuáles son los costos?
Si durante mucho tiempo el automóvil eléctrico ha sido considerado como un verdadero OVNI por parte de individuos privados, ahora se ha convertido definitivamente en nuestra realidad. Los vehículos eléctricos de autoservicio han invadido nuestras ciudades, permitiendo a los usuarios familiarizarse con esta tecnología. Son a medio plazo más económicos que los autos térmicos, más silenciosos, más maniobrables, más compactos, más limpios … Tantas ventajas que atraen a los conductores.
Los fabricantes de automóviles entienden eso. Siguen ampliando su gama y ofreciendo modelos cada vez más accesibles. Lo mismo para los promotores que comercian para equipar sus edificios. Además, a partir de 2020, todos ofrecerán sistemáticamente plazas de aparcamiento dedicadas a los coches eléctricos. Sin embargo, aunque la tecnología se está haciendo más conocida y la infraestructura se está expandiendo en todas partes, sigue habiendo una serie de problemas, incluida la recarga doméstica. Como se hace ¿Requiere adaptaciones importantes dentro de la vivienda? ¿Todas las casas pueden acomodar un vehículo eléctrico?
¿Toma segura o estación de carga rápida?
Cuando una persona decide alojar un automóvil eléctrico en casa, hay dos dispositivos de carga para coche eléctrico disponibles: la toma «segura» o «mejorada» y la estación de carga rápida (también llamada Wallbox).
La diferencia entre los dos está en la velocidad de carga: en el primer caso, está limitada, ya que toma aproximadamente diez horas recargar el vehículo. Sin embargo, en el segundo caso se requiere eficiencia: solo son necesarias unas pocas horas, entre 3 y 5 en promedio. El enchufe, que está dedicado al automóvil, permite no solo una carga segura sino también «inteligente». Se alimenta con la electricidad disponible en el hogar y se apaga automáticamente cuando se carga el automóvil. Tiene la máxima potencia disponible y evita las sobrecargas.
Ya sea en el caso de la toma de corriente o del terminal, el usuario puede controlar su instalación de forma remota: por lo tanto, puede regular mejor la potencia de carga, especialmente para hacer coincidir las horas de carga con las tarifas de electricidad.
Finalmente, la última alternativa: los conductores también tienen la opción de conectarse a un tomacorriente doméstico normal. Tienen para esto un cable de carga estándar. Sin embargo, esta solución no se recomienda por razones de seguridad. Este modo de recarga debe ser ocasional o excepcional, por ejemplo, en caso de desplazamiento al exterior.
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